La consultora EY-Parthenon ha
realizado un informe sobre la situación actual de los consumidores coincidiendo
con la mayor subida de IPC desde 1985. Estas son parte de sus conclusiones.
Una de las cosas que más preocupa a los consumidores es el Índice de Precios al Consumo. Cierto es que cuando los precios de los productos y servicios están estables o suben muy poco el consumidor no se ve impactado a la hora de decidir qué, cómo o dónde comprar, pero siempre está encima de su cabeza esa espada de Damocles que es el temor a que se disparen los precios.
Durante el año 2022 el IPC general llegó a alcanzar un valor de 10,8%, el dato más alto registrado en España desde 1985 (una auténtica barbaridad). Este incremento viene provocado por muchos factores como han sido la postpandemia y la guerra de Ucrania, que unido a otras variables han propiciado esta subida récord.
Y aunque en los últimos meses los precios de los combustibles han bajado, pasará algún tiempo hasta que esta bajada se traslade a los alimentos y al IPC subyacente (aquel que hace referencia a elementos más volátiles como el gas o la electricidad), por lo que los consumidores seguirán viendo disminuido su poder adquisitivo. Si a todo esto sumamos la subida de los tipos de interés tenemos el caldo de cultivo perfecto para que los consumidores estén muy preocupados.
¿Qué nos preocupa a los consumidores y que vamos a hacer?
El informe realizado por EY-Parthenon donde ha tenido en cuenta la opinión de más de 14.000 consumidores de 20 países diferentes nos da una idea de cuales son las preocupaciones de los consumidores y como entendemos que vamos a afrontar el futuro.
En el caso de España y ante la pregunta ¿En qué categorías ha notado un incremento de precio durante los últimos 3-4 meses? los encuestados indicaron que las categorías donde más lo habían notado eran: la luz (91%), el combustible (90%) y los alimentos frescos (89%). Les seguía, como no podía ser de otra manera, los clásicos de alimentos básicos, alquileres e hipotecas, etc.
La reacción de los consumidores ante estas subidas de precio nunca se hace esperar y el 58% de los españoles afirma que está reduciendo su gasto en productos no esenciales como ropa, zapatos y accesorios (41%), productos electrónicos (40%) o bebidas alcohólicas (39%). A esto hay que sumar el objetivo de reducir el consumo de combustible o pasarse a comprar marcas blancas. Donde no estamos dispuestos a renunciar son a los gastos que tengan relación con la salud o cuidados médicos.
En general, en todos los países ha aumentado el pesimismo en cuanto a la evolución de la situación económica, destacando el fuerte crecimiento en países como Alemania o Reino Unido. En España, curiosamente, somos menos pesimistas y el 43% de los encuestados de nuestro país esperan que la situación económica se mantenga similar frente al 32% que estima que mejorará, o al 24% que considera que se producirá un empeoramiento.