La digitalización masiva de la sociedad en las últimas dos décadas ha dado lugar a que parte o la totalidad de la compra de productos y servicios que hacemos los consumidores y clientes sea a través de tiendas digitales o marketplaces.
Los datos al respecto son abrumadores y siguen aumentando año tras año. Y es que el comercio electrónico supone el
20% de todo el comercio minorista mundial. Según
Statista
este porcentaje ha ido creciendo sin parar desde el 7% en 2015 hasta el 24% que se prevé que llegará en 2026.
Este aumento del comercio electrónico ha dado lugar a que pequeñas y medianas empresas, muy locales, puedan vender a través de los marketplaces prácticamente en todo el mundo. Igualmente, ha permitido que las empresas de logística (envío y recepción de paquetes) estén viviendo una auténtica edad de oro. También ha cambiado el hábito de los consumidores a la hora de comprar y qué aspectos tenemos en cuenta para decidir qué o a quién comprar un determinado producto. Y las reseñas son un elemento clave para decidir si compramos en la tienda A o en la tienda B.
Pero cómo ocurre muchas veces en el mundo digital hay gente dispuesta a saltarse las reglas del juego para conseguir más clientes y la práctica del
brushing
es una de ellas.
¿Qué es brushing y qué relación tiene con las reseñas de Internet?
Para entender el concepto del
brushing
primero tenemos que tener en cuenta lo importante que son las
reseñas
que dejamos los clientes cuando compramos un producto o servicio en marketplaces como Amazon, AliExpress, eBay, Privalia, etc. Estas plataformas de venta tienden a priorizar aquellos productos y empresas que tienen muchas ventas y además reseñas positivas, y usan una serie de
algoritmos para evitar que se publiquen reseñas falsas que puedan desvirtuar la realidad de lo que puntúan los clientes.
Y aquí es donde aparece la estafa del
brushing. Lo que hacen muchas empresas es enviar productos de bajo costo (o incluso vacíos) a personas al azar sin que estas hayan hecho ninguna compra, y luego publican reseñas falsas usando el nombre de los destinatarios.
Vamos a poner un ejemplo: supongamos que una empresa tiene los datos personales de una persona (nombre, apellidos, dirección…) que puede haber obtenido de distintas formas (le había vendido un producto anteriormente, los ha obtenido a través de un tercero, datos públicos de una persona que estén en Internet, etc.), lo que hace la empresa es generar una venta “ficticia” en el marketplace como si la hubiese hecho esa persona y le envía de forma gratuita un producto que, lógicamente, ella no ha solicitado. Si la persona no rechaza la entrega (aquí está la clave) para el marketplace estamos ante una venta que ha finalizado correctamente. A continuación la empresa que ha realizado el
brushing
pone una buena reseña de su propio producto haciéndose pasar por el cliente. Es decir, estamos ante una reseña de una venta falsa.
Esta táctica está diseñada para engañar los algoritmos de las plataformas, que tienden a priorizar productos con muchas ventas y reseñas positivas. Al enviar productos sin solicitar y obtener evaluaciones falsas, los vendedores logran hacer que sus artículos suban posiciones en los resultados de búsqueda, lo que aumenta las probabilidades de atraer compradores reales.
¿Es peligroso de cara a los consumidores?
Aunque puede parecer inofensivo recibir un paquete inesperado sin haberlo solicitado, el brushing puede tener consecuencias negativas para los consumidores. Primero, pone en riesgo la privacidad de las personas, ya que los vendedores obtienen datos personales como nombres y direcciones, lo que genera preocupaciones sobre el robo de identidad o el uso indebido de la información personal.
Además, recibir productos no solicitados podría confundirse con estafas más peligrosas. Por ejemplo, los destinatarios pueden preocuparse de que sus cuentas hayan sido comprometidas o que alguien haya realizado compras fraudulentas en su nombre. También está la confusión sobre si el destinatario debe pagar por el paquete o devolverlo.
Aunque el brushing es un problema difícil de erradicar por completo, hay algunas acciones que los consumidores pueden tomar para protegerse y minimizar el riesgo de ser víctimas de esta táctica:
Para saber más: