Crecimiento digital generalizado.
Desde el año 2019 hay 100 millones más de usuarios en Europa que están interactuando digitalmente. Los europeos han duplicado la interactuación con industrias como la banca, los supermercados o las empresas relacionadas con la salud, sin embargo, el sector público y las compañías de seguros quedaron más rezagados.
La adoptación digital guarda una relación directa con el PIB de cada país, de esta manera países como Dinamarca, Finlandia, Suecia, Suiza o el Reino Unido que cuentan con un PIB elevado la adopción digital ha sido más alta. En el lado opuesto se encuentran países como República Checa, Hungría, Polonia y Rumanía.
A nivel demográfico, los usuarios digitales altos (aquellos que interactuaron digitalmente con más de siete industrias) tienden a ser más jóvenes, vivir en áreas urbanas y tener más educación e ingresos disponibles.
El ranking de adopción digital lo encabeza
Italia, seguida de
Reino Unido y
Suecia, y donde
España ocupa una destacada séptima posición por delante de países con una economía más fuerte como
Francia o
Alemania.
Mucho margen de mejora.
Pero no es oro todo lo que reluce. El incremento de la adopción digital ha dado lugar a que los usuarios digitales se hayan vuelto más exigentes, de tal manera que la satisfacción del cliente con las experiencias digitales disminuyó cuatro puntos porcentuales respecto a 2021. La interfaz de usuario (diseño de las webs, de las app’s, etc.) y la experiencia de usuario encabezan la lista de insatisfacción en 15 de los 19 países encuestados.
Otro hallazgo preocupante de la encuesta es que los consumidores están perdiendo la confianza en los canales digitales, habiendo bajado respecto del 2021, donde las principales fuentes de desconfianza son el manejo de datos personales y los ciberataques.
Los consumidores están preocupados por la incertidumbre económica. Muchos temen el aumento de la inflación y la volatilidad de los mercados financieros. Estos temores pueden traducirse fácilmente en una menor confianza del consumidor y por tanto en un menor consumo de productos y servicios a través de canales digitales.
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