La continua digitalización de nuestro mundo ha dado lugar a que las nuevas generaciones empiecen a usar los dispositivos digitales a edades muy tempranas. Para estas nuevas generaciones la convivencia con todo lo digital es algo absolutamente natural con sus ventajas, sus inconvenientes (habrá gente que no los vea) y sus peligros. Y es que el acceso a Internet, redes sociales, etc. se hace cada vez antes por parte de los usuarios, muchos de los cuales no tienen la suficiente madurez, conocimiento y experiencia como para saber si el uso que está haciendo es el adecuado para su edad.
Según la Organización Mundial de la Salud la edad media de acceso a un dispositivo móvil se sitúa en España en los 11 años y solamente el 36% de los niños españoles entre 8 y 16 años pasan menos de dos horas delante de una pantalla, que es el tiempo máximo de uso que se recomienda en esas edades.
Si a todo esto añadimos además que muchos colegios e institutos se han lanzado al uso de tablets y dispositivos similares como una herramienta más en la formación académica de los alumnos, tenemos el caldo de cultivo perfecto para que los usuarios más pequeños y jóvenes vean como algo absolutamente normal, y casi imprescindible, el uso de las pantallas y todo lo que eso conlleva: exponer su vida en redes sociales, acceso a webs de adultos, posibilidad de recibir vídeos de tipo sexual, realizar apuestas por Internet…
Responsabilidad de los adultos e instituciones públicas
No debemos olvidar tampoco la responsabilidad que los progenitores, tutores y educadores tenemos a la hora de controlar y limitar el uso de los dispositivos móviles y acceso a Internet de los más pequeños.
Hoy día la mayoría de los sistemas operativos de los móviles, tablets, portátiles, etc. cuentan con soluciones que permiten a los adultos restringir el uso de los niños y jóvenes. Por ejemplo, los dispositivos Android cuentan con Google Family Link, Apple pone a disposición de los usuarios de IOS la solución En familia y Microsoft cuenta con Microsoft Family Safety, todas ellas aplicaciones gratuitas que permiten cosas tan interesantes como controlar los dispositivos de nuestros hijos pudiendo limitar las horas de uso, controlar la descarga, instalación o uso de aplicaciones, la opción de ubicación del dispositivo del menor y muchas más.
Pero todo esto a veces no parece ser suficiente para proteger a los menores de otros peligros como pueden ser el acceso a redes sociales o webs donde, por su edad, no deberían tener. Cierto es que las redes sociales y webs de contenido adulto solicitan la edad del usuario para permitirle su uso, pero este tipo de control es un poco ridículo teniendo en cuenta que se puede dar una edad falsa.
Las administraciones públicas de Europa se están poniendo manos a la obra para exigir la verificación de la edad y poder acceder a distintas aplicaciones o webs, así, en Francia se está probando un nuevo sistema de verificación de edad que respetará el denominado doble anonimato para restringir el acceso a las webs de contenidos pornográficos, y en el Reino Unido se exige a las tecnológicas la verificación de la edad de los usuarios para impedir que los menores accedan a la pornografía. Para acceder a las webs pornográficas, además, se exigen documentos oficiales o reconocimiento biométrico.
En España, la Agencia Española de Protección de Datos, también ha dado un paso al frente en este sentido y ha presentado su propuesta de sistema de verificación de edad y protección de las personas menores de edad en Internet ante el acceso a contenidos para adultos. La AEPD presenta distintas soluciones en función de si el control de la edad se quiere hacer desde un móvil, ordenador o videoconsola, exigiendo que en dichos dispositivos se tenga instalada una aplicación de verificación de la edad, que además se debe completar con otras soluciones como disponer de un código QR o una app de tipo cartera digital. Sinceramente, se nos antoja algo complejas estas soluciones que afecta a la experiencia de usuario y que además requiere instalarse previamente unas aplicaciones.
Pero ¿se puede hacer algo más y que además sea más sencillo para el usuario?
Las empresas y marcas también son responsables: Inteligencia Artificial al rescate
Aunque, como decíamos antes, los adultos debemos ser una parte principal en el control del uso de dispositivos de nuestros menores, no es menos cierto que las propias empresas y marcas deberían asumir la responsabilidad de garantizar que sus usuarios son aptos para visualizar sus contenidos o acceder a los productos y servicios que, en muchas ocasiones, están orientados a un público adulto.
En este sentido parece que la IA puede desempeñar un papel importante en la creación de sistemas de filtrado y control de acceso para proteger a los menores de edad en línea. Por ejemplo:
Estos son solo algunos ejemplos de cómo la IA podría ayudar a que nuestros menores estén más protegidos a la hora de usar su móvil, navegar por Internet o moverse por las redes sociales. Estas soluciones además no obligan, en principio, a que el usuario se tenga que instalar aplicaciones adicionales y deja más la responsabilidad en las propias marcas y empresas que, posiblemente, diseñarán un customer journey mucho más eficiente para el usuario. Por otro lado tenemos que tener en cuenta que a futuro el control de edad y protección de los más vulnerables se convertirá en una commodity que todo cliente va a exigir.
Para saber más: