El estudio se ha realizado entre más de 7.000 personas de 15 países diferentes como Australia, China, Francia, Alemania, India, Italia, Japón, España… En general, países donde la producción automovilística es una palanca importante de su economía.
El coche eléctrico se ha convertido desde hace unos años en una de las principales herramientas de los gobiernos de muchos países, en especial en Europa, para tratar de combatir el cambio climático y reducir la contaminación, sobre todo en las grandes ciudades. Las prohibiciones de la entrada de coches de combustión al centro de las ciudades y las ayudas fiscales en la compra de este tipo de vehículos son unos incentivos para tratar de “animar” a los consumidores a comprar un coche eléctrico.
El 64% de los consumidores piensa que el coche eléctrico es el futuro, aunque creen que su crecimiento no será muy rápido debido a muchos factores que influyen a la hora de comprarlo (autonomía, precio, velocidad y puntos de recarga…).
Los actuales propietarios de vehículo eléctrico muestran una notable fidelidad: más del 90% tiene intención de comprar otro similar. Sin embargo, al considerar su próxima compra, la mayoría de los compradores de automóviles de todas las generaciones muestran el mismo interés tanto en los motores de gasolina como en los eléctricos.
El poder adquisitivo del comprador también influye a la hora de comprar un coche eléctrico, de esta forma, la consideración del motor es similar entre los conductores premium y no premium, aunque los conductores premium muestran una consideración significativamente mayor por los vehículos eléctricos y los híbridos enchufables, que en comparación con los de combustión son más caros, dependiendo del modelo, son entre 5.000 y más de 18.000 euros más caros. Este sobreprecio se debe poder amortizar con el ahorro en combustible, así que, en principio, cuanto más kilómetros se haga con un coche eléctrico mejor.
Las ventajas de los coches eléctricos son evidentes:
También tienen sus desventajas:
El impacto de las ayudas fiscales en la adopción de coches eléctricos
Las ayudas fiscales desempeñan un papel crucial en la adopción de coches eléctricos a nivel mundial. En 2024, países como Noruega, Alemania y Estados Unidos siguen ofreciendo incentivos significativos para fomentar la transición hacia una movilidad más sostenible. Estos incluyen subsidios directos, exenciones de impuestos y beneficios adicionales como estacionamiento gratuito o acceso a carriles exclusivos. Por ejemplo, en Noruega, los coches eléctricos están exentos de impuestos de compra e IVA, lo que ha llevado a una tasa de penetración superior al 80% en el mercado automovilístico.
Por otro lado, algunos países han reducido o eliminado estas ayudas. Suecia, por ejemplo, suprimió recientemente los subsidios para coches eléctricos, argumentando que el mercado ya es lo suficientemente maduro. Esta decisión ha impactado negativamente las ventas, con una caída notable en las matriculaciones de coches eléctricos en los meses posteriores al cambio.
La existencia o eliminación de estas ayudas influye directamente en el ritmo de adopción de los coches eléctricos. Los subsidios reducen el precio inicial, atrayendo a compradores que de otro modo optarían por vehículos de combustión interna. Sin embargo, la retirada prematura de incentivos puede desacelerar esta transición, poniendo en riesgo los objetivos climáticos globales.
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