No nos engañemos, si le preguntamos a los responsables de las empresas cuál sería su perfil ideal de cliente, muchos nos dirán (con discreción) que su cliente preferido es aquel que genera negocio, es decir, que contrata servicios o compra productos de la empresa y que se autogestiona él solito, es decir, que no contacta nunca con la compañía y todo lo hace a través internet con las herramientas online que ponemos a su disposición.
Pero como al final los clientes somos “un poco pesados” y a veces no nos queda más remedio que contactar con el banco, la empresa de seguros o la compañía de telecomunicaciones para que nos expliquen la factura o que nos confirmen que tenemos contratado, a las empresas no les queda más remedio que enfrentarse a la realidad: hay que atender a los clientes.
Y en este sentido cada empresa apuesta por un modelo de atención diferente: unos se decantan por
facilitar herramientas digitales (App’s, áreas de clientes en las webs…) a los clientes para que ellos mismos busquen la información, realicen reclamaciones, contraten servicios… otros prefieren
modelos más tradicionales y optan por una atención más personal (presencialmente, por teléfono…) y los que hacen una
combinación de ambas.
La atención al cliente puede ser una fuente de valor
Esto es lo que trata de demostrar el informe End-to-Endless Customer Service (Servicio al Cliente de Principio a Fin) realizado por Accenture donde podemos ver como aquellas empresas que ven la atención al cliente menos como centro de costes y más como una palanca para aumentar el valor de estas pueden llegar a multiplicar sus ingresos por 3,5.
Para ello ha encuestado a más de 16.000 clientes y más de 2.000 responsables de empresas de sectores tan variados como la banca, medicina, telecomunicaciones, automoción… en 13 países diferentes (entre los que se encuentra España, Australia, Brasil, Francia, Reino Unido, Estados Unidos…).
El informe se centra en lo importante que es apostar por la atención al cliente donde hay que ser
más
proactivos a través de servicios predictivos,
aumentar el valor que percibe el cliente de los productos y servicios contratados y, por último, tener en cuenta la
opinión del servicio de atención al cliente en la creación y mejora de esos productos y servicios.
Para saber más: