En un principio parece que no hay muchas diferencias entre Windows 10 y Windows 11 en cuanto a los requisitos de instalación, pero parece ser que muchos ordenadores que, en teoría, deberían cumplir los requisitos de instalación se podrán encontrar con el problema de que no se puede llevar a cabo la actualización a la nueva versión del famoso sistema operativo. El problema podría llegar incluso a los ordenadores fabricados por Microsoft de la gama Surface que apenas cuentan con tres años.
¿Dónde puede estar el problema?
Uno de los objetivos de Windows 11 es incrementar la seguridad de los ordenadores, para lo cual uno de los requisitos necesarios es que el equipo tenga instalado el módulo Trusted Platform Module (TPM). Se trata de un coprocesador de cifrado cuyo objetivo es proteger el hardware del equipo y que desde hace unos años ya equipan muchos ordenadores, aunque no todos. Cuando combinamos el TPM con tecnologías de virtualización que se usan en Windows se incrementa la seguridad. De hecho, desde Microsoft, se afirma que la combinación de Windows Hello junto con otras tecnologías más el TPM consigue reducir el malware en un 60%.
Funciones que se eliminarán con la nueva versión
Otro de los cambios que trae Windows 11 es que Cortana desaparecerá de la barra de tareas, tampoco tendremos disponible en la misma la función de Noticias e intereses y el fondo de escritorio no se sincronizará con otros dispositivos.
Uno de los cambios más llamativos será que el navegador Internet Explorer estará deshabilitado por defecto, por lo que se tendrá que usar el navegador Edge, que será el sustituto oficial.
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