Como regla general los consumidores y usuarios, cuando la economía no va bien o se ha producido algún acontecimiento que impacta de lleno en la sociedad (una guerra, una pandemia, etc.), suelen ser más conservadores y retraídos a la hora de gastar y se tiende más al ahorro. Este comportamiento también se suele producir cuando existe cierta incertidumbre sobre el futuro económico que tenemos por delante; el miedo a perder el empleo o la dificultad a largo plazo de encontrarlo hacen que el consumidor sea más reticente a invertir en ocio u otro tipo de gastos menos necesarios.
Carpe diem
Para la mayoría de los consumidores y clientes es normal limitar el gasto ante situaciones no previstas o pesimistas, pero para otros es justo todo lo contrario: son los llamados
clientes YOLO, el acrónimo en inglés de
You Only Live Once, lo que podríamos traducir como
solo se vive una vez.
Pero ¿cómo se explica y dónde está el origen de la forma de actuar de estos consumidores que parecen ir a contracorriente respecto de los demás? Para muchos economistas la explicación se encuentra en el Covid y la imposibilidad que tuvimos los ciudadanos de movernos libremente durante mucho tiempo y, por tanto, de viajar o juntarnos con otras personas.
Por otro lado, la pandemia ayudó a contener el gasto y fomentar el ahorro casi de forma obligada, pero también dio lugar a dar un impulso a la digitalización como antes no se había producido. Nos encontramos con que mucha gente se encontraba en casa con acceso a Internet y con la posibilidad de, no solo poder comprar y adquirir servicios, sino además buscar e informarse sobre experiencias que podría realizar una vez terminada la pandemia. Y esa es la clave de los
consumidores YOLO.
No compro cosas, vivo experiencias
La pandemia, como no puede ser de otra manera, también tuvo un importante impacto en la forma de ver la vida de mucha gente. Todos perdimos a seres queridos o conocimos gente que los había perdido y eso dio lugar a que mucha gente cambiase su forma de ver la vida y como esta hay que exprimirla al máximo. Pero para un
consumidor YOLO la idea no es comprar cosas o consumir por consumir. Su idea es vivir experiencias que le puedan enriquecer como persona o disfrutar con los amigos.
Y esto es lo que han visto los analistas económicos en los últimos años. El comportamiento de muchos consumidores, sobre todo los más jóvenes, prefieren ahorrar menos a cambio de ir a un concierto, viajar con los amigos o salir a cenar con la pareja. El objetivo es aprovechar un momento que no sabemos si volveremos a tener la posibilidad de repetirlo.
Los ejemplos sobre este cambio en la forma de actuar de muchos consumidores son variados:
Live Nation Entertainment, la empresa propietaria de
Ticketmaster,
indica que está viviendo niveles récord de demanda de entradas para conciertos. La operadora de cruceros
Carnival Corp., indica que las empresas aprecian que existan mayores preocupaciones en torno al estado del consumidor, después de que los usuarios estén reservando más que nunca viajes en cruceros. La aerolínea
Delta Air Lines, el operador hotelero
Marriott International y el fabricante de maletas
Samsonite
International han visto aumentar sus ingresos durante 10 trimestres consecutivos, aunque el ritmo se ha moderado.
Como podemos apreciar todos son ejemplos de bienes de consumo que no son de primera necesidad (comida, ropa, energía…), pero sí son bienes que proporcionan al usuario una experiencia más vital.
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