Desde hace ya tiempo la Unión Europea está elaborando nuevas normas regulatorias que tienen por objetivo no generar más “basura electrónica” y que podamos dar a nuestros aparatos electrónicos una segunda vida. Ojalá hiciesen lo mismo con el parque automovilístico… pero eso es otro cantar. Y es que Europa es la tercera región a nivel global que más residuos electrónicos genera, pero lidera la generación de dichos residuos por cápita, con 16,2 kilogramos por persona.
A la
obsolescencia programada de muchos aparatos electrónicos (especialmente los móviles, tablets, ordenadores…) que hace que estos sean caros de reparar o que no se puedan actualizar, hay que añadir la obsolescencia percibida, o lo que es lo mismo, la sensación que tiene el consumidor de que un determinado producto ha dejado de ser útil cuando sale un modelo similar que le sustituye. Y todo esto genera muchos residuos que en algunos casos no se reciclan.
Más reparar y menos reemplazar
Algunas veces cuando se nos estropea un aparato electrónico nos encontramos ante la duda de comprar uno nuevo o de repararlo debido al alto coste que puede tener dicha reparación. Ante esta situación la Unión Europea se ha puesto manos a la obra para que los consumidores tengamos más fácil poder alargar un poco más la vida útil de nuestra lavadora, televisión o móvil.
Siendo conscientes de que muchas veces el precio de la reparación no compensa el arreglo del dispositivo Europa quiere sacar una ley que obligue a los fabricantes a realizar las reparaciones necesarias en un plazo razonable y, en caso de que no sea gratuito, también a un precio razonable, con el objetivo de alentar la opción de la reparación.
Los consumidores podrán elegir entre la reparación o la sustitución de productos defectuosos dentro del plazo de responsabilidad del vendedor incluido en la garantía. Si el consumidor opta por la reparación del bien, el plazo de responsabilidad del vendedor se ampliará en 12 meses a partir del momento en que el producto se ponga en conformidad, aunque los Estados miembros podrán prorrogar aún más este período si así lo desean.
Un punto muy interesante es el hecho de que se obligará a los fabricantes a proporcionar información sobre los repuestos en su sitio web, ponerlos a disposición de todas las partes del sector de la reparación a un precio razonable y prohibir prácticas que impidan el uso de repuestos de segunda mano o impresos en 3D por parte de reparadores independientes.
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