Según la Comisión Nacional del Mercado de las Comunicaciones en España hay casi 58 millones de líneas, es decir, hay más líneas que habitantes, cosa que es una tendencia a nivel mundial. Esto no tiene porqué sorprendernos, ya que hay personas que tienen líneas móviles para uso personal y para uso laboral, pero es que además las líneas móviles se usan también en vehículos, ascensores, alarmas, modems… Cada una de estas líneas tienen su propia SIM, una tarjeta sin la cual no sería posible conectarnos a la red de un operador.
¿Qué es una SIM?
SIM es el acrónimo en inglés de Subscriber Identity Module, su traducción sería algo así como Tarjeta de Identidad del Suscriptor, y es esa tarjetita de plástico que tenemos que introducir en nuestro móvil para poder hacer llamadas o navegar por internet usando la red de nuestro operador.
Conforme la tecnología de los móviles ha ido avanzando ha sido necesario que las tarjetas hayan ido reduciendo su tamaño para dejar espacio al hardware de nuestros dispositivos, así podemos decir que hoy en día existen 4 tipo de tarjetas SIM (desde la más grande a la más pequeña):
Según la
Unión Internacional de Telecomunicaciones a mediados del 2022 había en el mundo más de 8.500 millones de líneas móviles. Y eso son muchas tarjetas SIM, mucho plástico y mucho dinero que nos podríamos ahorrar si no hubiese que usar estas tarjetas.
De la SIM a la eSIM y sus ventajas para los consumidores
Como decíamos antes, conforme los dispositivos han ido evolucionando ha sido necesario ir reduciendo el tamaño de las tarjetas SIM para poder dejar espacio a los componentes de nuestros móviles. Pero ha llegado un momento en que meter una tarjeta de plástico en nuestro móvil se ha vuelto algo casi imposible para los fabricantes, por lo que han optado por la solución de integrar la SIM dentro del móvil, es decir, el móvil o dispositivo llevarán siempre su tarjeta SIM en su interior y no será necesaria cambiarla. Y esto es una eSIM, cuyo acrónimo es Embedded SIM, o lo que es lo mismo una SIM embebida dentro del propio móvil, con unas ventajas claras para los fabricantes, los operadores y los consumidores.
Para los fabricantes ya hemos indicado que ahorra espacio y además elimina el soporte donde iba la tarjeta dentro del móvil, pero es que a los operadores les facilita la gestión de las portabilidades entrantes y les supondrá un ahorro en la compra de tarjetas SIM.
Para los usuarios una de las principales ventajas es que ya no se tendrán que preocupar por el tipo de tarjeta (normal, mini, micro o nano) que lleve el nuevo dispositivo que se compren y la exigencia de adaptar su SIM a ese nuevo dispositivo. Otra ventaja muy clara es el hecho de que en las portabilidades que hagamos a otro operador no tendremos que ir a la tienda de dicho operador a por la tarjeta SIM nueva o esperar que nos la envíen a casa, bastará con que facilitemos la numeración de la eSIM. La eSIM además permite la posibilidad de asociarla a distintos dispositivos o asociarla a operadores de distintos países, ahorrando muchos quebraderos de cabeza cuando viajamos al extranjero.
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