Desde que se facilitó el acceso a Internet a finales de los años 90 la digitalización del mundo ha sido imparable. Si a eso añadimos la aparición de los smartphones y tablets que junto a las redes sociales han creado el caldo de cultivo perfecto para generar una dependencia de la tecnología como no se ha había visto en la historia de la humanidad.
El uso de la tecnología, por sí misma, no es malo. Nuestros smartphones y tablets nos permiten realizar compras, usarlos como navegadores para ir hasta algún punto físico, podemos leer libros o ver películas con ellos, nos ayudan a comunicarnos con otras personas… Algo que hace 15 años no era posible.
Esto nos ha generado una dependencia de la tecnología a nivel laboral y personal que, como decíamos, no tiene porque ser mala, pero que si no somos capaces de controlar puede provocar efectos no deseables.
¿Abusamos de las pantallas?
El informe elaborado por la famosa empresa de seguridad informática entre más de 2.000 españoles demuestra que la dependencia de la tecnología puede llegar a afectar a nuestra vida social y a nuestra propia salud si no sabemos controlarla.
Entre los datos curiosos que podemos ver en este informe se encuentra que un 46% de los encuestados cree que debería reducir el uso de los dispositivos, que un 10% ha ido a terapia, que el 45% reconoce que pasaría más tiempo con su pareja si dedicara menos tiempo a sus dispositivos y el 40% admite dormir menos como consecuencia del uso de pantallas.
En cuanto al uso de los dispositivos el smartphone es el rey, de tal manera que el 66% de los encuestados indicaron que lo usan para sus gestiones online, seguido de los portátiles (15%), los ordenadores de sobremesa (13%) y los menos usados son las tablets (5%) y las SmartTv (1%).
Las CC.AA más enganchadas a la tecnología son
Madrid
y
Cataluña
y las que menos
Baleares
y
La Rioja.
Fuente: Kaspersky
Como no podía ser de otra manera las generaciones más jóvenes usan mucho más la tecnología que las más mayores, de tal manera que los más dependientes son los que están en la franja de los 26 a los 35 años y los menos los que superan los 65 años.
Fuente: Kaspersky
Conscientes de los errores que cometemos
Una de las cosas más curiosas es que, pese a admitir que tenemos una dependencia de la tecnología excesiva y que deberíamos controlarnos más, reconocemos que nos preocupa la seguridad cuando usamos nuestros dispositivos. De tal manera, destacamos que no nos fiamos de que nos puedan robar datos bancarios, perder fotos o vídeos o que puedan acceder a los mismos los ciberdelincuentes.
Por otro lado, somos conscientes de que cometemos errores en materia de ciberseguridad y que deberíamos ser más cuidadosos. Así, el
49% asegura que
acepta las cláusulas y condiciones sin leerlas al hacer alguna compra o descargar software, el
27% indica
tener siempre activada la geolocalización con independencia de si usa una determinada app o no y el
19% afirma que
siempre usa las mismas contraseñas.
Fuente: Kaspersky
Un informe muy interesante que pone de manifiesto la dependencia que tenemos de los dispositivos con pantalla, de lo conscientes que somos de esa dependencia, pero que no siempre aplicamos las medidas oportunas para controlar dicha dependencia.
Para saber más: