Una de las apuestas más arriesgadas de Marvel
es el hecho de que siempre quieren dar un aire fresco y más real a sus personajes frente a lo que se había hecho hasta ahora con las películas de superhéroes, para ello confía en directores que no tienen experiencia en dirigir películas de superhéroes, pero son buenos en otro tipo de registros. Por ejemplo, para la primera película de la franquicia, Ironman, contrató al director Jon Favreau
el cual provenía de un entorno de películas pequeñas pero aclamadas por la crítica y que era conocido por su habilidad para construir personajes interesantes y por sus diálogos inteligentes.
Igualmente no contrata grandes estrellas del cine para los papeles protagonistas, sino que busca actores que se adapten a los personajes en función de la personalidad de los propios actores. Siguiendo el ejemplo de Ironman
se decantaron por el actor Robert Downey Jr, el cual nunca había sido elegido como protagonista en una película de acción importante, pero cuya personalidad bromista y desenfadada era lo que necesitaban. Y esta misma formula la usaron con el resto de las películas: Capitán América (Chris Evans), Thor (Chris Hemsworth), Doctor Strange (Benedict Cumberbatch), Capitana Marvel (Brie Larson)...
Pero al lado de estos actores “menos conocidos” siempre cuentan con actores más veteranos conocidos por el gran público que aportan esa experiencia que le da más credibilidad de cara al público. Así, durante todo este tiempo, hemos podido ver en las películas de Marvel
a actores como Samuel L. Jackson, Robert Redford, Jeff Bridges, Tommy Lee Jones, William Hurt, Anthony Hopkins, Cate Blanchett, Rene Russo, Michelle Pfeiffer, Michael Douglas…